jueves, 12 de diciembre de 2019

Las Gemínidas: una lluvia de meteoros, este año, más que complicada

Cada año, alrededor del día 14 de diciembre, la Tierra en su eterno andar alrededor del sol, se encuentra cruzando la parte central de la nube de polvo y diminutos escombros que deja a su paso, el hoy asteroide, Faetón, motivo por el cual, se produce el máximo de la lluvia de meteoros Gemínidas.

“Gemínidas” por encontrase en dirección a la constelación de Géminis el “radiante”, o punto del cielo del cual, si pudiésemos pasar las imágenes en reversa, veríamos que proviene la mayoría de los meteoros.


Pero este año, como ya adelantamos, estará complicada por la presencia de la Luna casi llena (alrededor de un 95% iluminada) justamente muy cercana al punto del radiante, por lo que la luz de la Luna, iluminará intensamente el cielo, haciendo que no podamos ver muchos de los meteoros, especialmente, los más tenues.

El número de la THZ (Taza Cenital Horaria por sus siglas en inglés), que viene a ser la cantidad de meteoros que podrían llegar a verse bajo condiciones ideales y perfectas de observación, para las Gemínidas son unos 120 meteoros por hora, pero…
Factores como la calidad de cielo, dicho en otras palabras: oscuridad, humedad, viento, obstáculos visuales como arboledas o edificios, contaminación lumínica, son todos ingredientes que pueden hacer bajar drásticamente el número que se podrán observar, llegando a ser en algunos casos, de solo 5 o 10 meteoros por hora.

Rápidamente, recordemos que esta lluvia de meteoros era estudiada sin poder ubicarse el cometa que la originaba, hasta que en 1983, el telescopio espacial en infrarrojo IRAS, descubrió al asteroide de unos 5 km de diámetro, Faetón. (Foto, con secuencia de su órbita tomada en 2010)
Luego, el astrónomo norteamericano Fred L. Whipple, especialista en cometas, notó que si bien Faetón tiene aspecto de asteroide, sus elementos orbitales parecerían indicar que es un cometa y finalmente pudo relacionar su órbita con esta lluvia de meteoros.

La conclusión generalizada, es que se trataría del núcleo “desnudo” de un cometa ya desgastado y sin sus capas exteriores de hielo de diversos gases.


La lluvia de las Gemínidas, si bien es un poco más favorable que otras para observadores del hemisferio sur, en especial estas latitudes, no nos ayuda que ocurra en nuestro ya casi verano austral, dado que amanece temprano y son pocas las horas en que el radiante está sobre el horizonte y menos aún, que tiene cierta altura, como para poder observar todos los meteoros que se generan a su alrededor.

No se desanimen. Salgan y miren aunque con bajas expectativas y podrán disfrutar mucho más de lo que vean, sean pocos o muchos meteoros.

¡Suerte!

Infografía: Achernar.
Foto: créditos y datos técnicos en la foto.