domingo, 25 de agosto de 2019

Última oportunidad para poner nombre a una estrella y su planeta


Se prorrogado la fecha de cierre de recepción de propuestas para ponerle nombre a una estrella y su planeta.
El cierre será el día 15 de septiembre a las 23.59hs argentina.

Ahora, pensando un poco en voz alta.
¿En verdad hay personas que piensan que sólo es una “cosa para chicos”?

Tal parece que esto no moviliza, despierta curiosidad, imaginación y entusiasmo… A pocos argentinos les interesa una cosa como esta.

Algo que no tiene límites de edad y no se requiere una asociación o entidad que lo presente, simplemente, se busca el nombre para una estrella y su planeta, (no se aceptan las propuestas con un solo nombre, deben incluir la estrella y su plantea) ubicados en el hemisferio sur celeste, lo que significa que está al alcance de los observadores de nuestro país.
Por eso fue elegida y aunque no se ve a simple vista, podemos ubicar fácilmente la zona, ya que está visualmente cercana a la estrella Canopus, nada más ni nada menos que la segunda estrella más brillante del cielo.

Otros países ya tienen cientos de propuestas para sus correspondientes estrellas, aquí, tal parece que somos tibios, tímidos o indiferentes, y si bien, hay nombres entre los que seleccionar, no se acerca a tales números.

Docentes: no hace falta “trabajar en el aula” para comentarles a los alumnos que está esta propuesta, con simplemente, imprimir y pegar en la cartelera del colegio la propuesta del NOC, será suficiente, al igual que en clubes, asociaciones, talleres, etc.
Pasar la voz, de que esto se está haciendo.


Sobre la estrella:
Tiene magnitud (brillo) casi 9, por eso no es visible a simple vista, y se encuentra a 278.8 años-luz de nosotros, dentro de los límites de la constelación de Puppis, la “popa”, ya que formaba parte de una muy antigua constelación (pero demasiado grande) llamada Argo Navis, la que en mitología, era la nave de Jasón, quién se dirigió junto a los argonautas en búsqueda del vellocino de oro.

El astrónomo francés Nicolas-Louis de Lacaille en el siglo XVIII, decidió dividir, en una suerte de desguace celeste, a la inmensa constelación de Argo Navis en tres, creando las constelaciones de Puppis (la popa); Carina que es la quilla (parte del casco de una nave) y Vela, bueno, obviamente, el mástil y velamen.

Dibujo del catálogo de Nicolas-Louis de Lacaille

Volviendo a la estrella y su planeta, digamos que se trata de una subgigante blanco-amarilla, del tipo espectral G. (Hasta cierto punto, similar al sol, catalogado como G2)
Sabemos que los “colores” están relacionados a la temperatura superficial. Cuanto más blanca o blanca-azulada sea, más caliente será.

Su planeta, es del tipo gigante gaseosos con un tamaño aproximadamente equivalente a una vez y media Júpiter y dista 1,81 Unidades Astronómicas de su estrella, demorando 2.1 años en completar una órbita.

Su descubrimiento (en el que está involucrado Dante Minniti, egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, R. Argentina, fue anunciado en el 2008, habiéndose realizado el descubrimiento mediante el método de “velocidad radial”.

Intentando describirlo en muy pocas palabras: se mide si la estrella realiza una especie de balanceo en el espacio, lo que indica que hay una masa que la está orbitando “interactuando” de algún modo con ella según el punto en su órbita.

A partir de refinadísimas mediciones y cálculos, pueden conocerse el resto de los datos e información, en lo que podríamos calificar de “la magia de la ciencia”, con lo que nos referimos a que, gracias a la física y matemáticas, podemos saber qué, cómo, cuándo sobre algo, en este caso una estrella y su planeta, sin ir hasta allí, desde una distancia de casi 300 años-luz.

Ahora, piensen en familia, con amigos, comenten entre los suyos y dejando volar la imaginación, piensen qué nombre les gustaría ponerles.

Recuerden que en esta oportunidad, la Unión Astronómica Internacional, nos escucha a todos y le pondrá el nombre elegido como semioficial.

Compartimos una carta del cielo, indicando la ubicación de la estrella (por ahora solo) HD 48265.

Bases y condiciones: http://sion.frm.utn.edu.ar/NOC-Argentina/wp-content/uploads/2019/06/Reglamento-ExoPlanetas2019-ARG-FINAL.2.pdf

¡Manos a la obra!

Imágenes: Carta del cielo por Achernar (Cartes du Ciel)
Argo Navis, por Bayer

jueves, 22 de agosto de 2019

Hace 42 años, partieron las Viajero (Voyager) 1 y 2 rumbo al infinito y más allá

El 20 de agosto de 1977, a las 11.29hs argentina (14.29hs Tiempo Universal) partió la sonda espacial Viajero 2 y el 5 de septiembre del mismo año, su gemela, la Viajero 1, ambas del JPL-NASA, con destino a observar dos planetas: Júpiter y Saturno, pero los planes cambiaron.
                                                                                                                             
Luego de cumplir su misión, pasando por las cercanías de Júpiter y Saturno, desde donde lograron estudiar y fotografiar a los dos planetas y varias de sus lunas, descubriendo varias además, consiguiendo valiosa información (sobre todo de Titán, que era uno de los puntos de mayor interés), se decidió aprovechar el que por esos años, los otros dos planetas gigantes gaseosos estarían “alineados” de modo que Urano y Neptuno podrían ser visitados por la Viajero 2  sin mayor gasto de combustible y energía, algo medianamente previsto, (hasta la fecha ninguna otra sonda espacial se ha acercado a estos dos planetas) pero el viaje continuó para ambas, mucho más allá de lo jamás imaginado, solo quizás, en las historias de ciencia ficción.
Captura de pantalla de la página oficial del JPL-Voyager)

Así fue como las sondas se distribuyeron, yendo una hacia arriba (V1) del plano del sistema solar y la otra hacia abajo (V2).

(Captura de pantalla de la página oficial del JPL-Voyager)

Y continuaron su viaje, llevadas por la inercia (no requieren de combustible para impulsarse, salvo en caso de querer modificar la trayectoria) tan lejos como a alcanzar, la Viajero 1, el 25 de agosto de 2012 la heliopausa e introducirse en el medio interestelar, continuando su viaje, es decir, ese lugar en el espacio, en que deja de predominar el viento solar y aumenta la radiación y materia interestelar, mientras que la Viajero 2, lo alcanzó el 5 de noviembre de 2018.
Algunos lo califican como “salir del sistema solar”.

Esto las transforma sin lugar a dudas, en los objetos construidos por el ser humano que más lejos han llegado… y continúan viaje.

Fotocomposición de Saturno y algunas de sus lunas

¿Qué tan lejos es eso?
Podemos decirlo de diversos modos intentando, y solo intentando, dar una idea.
Digamos que la Viajero 1, que es hasta la fecha el objeto construido por el ser humano que más lejos se encuentra, está a casi 147 Unidades Astronómicas, (una UA es igual a la distancia promedio existente entre la Tierra y el sol, esto es –redondeando- 150 millones de kilómetros) por lo que para “visualizarlo” podemos tomar dos objetos cualesquiera, de modo que uno represente al sol y el otro la Tierra, colocándolos a la distancia que más nos guste.
Medir esa distancia y multiplicarla por 147 a partir del “sol”, colocando allí a nuestra “sonda Viajero”.
¿Lejos verdad?

También podemos decir que se encuentra a 20 horas y media luz, lo que significa que si se le envía un comando o ella envía información científica, viajando la señal a 300 mil km/s, (lo más veloz en el Universo) demora casi un día ese recorrido de ida o vuelta.

Actualmente viajando a unos 61.200 km/h, en el caso de Viajero 1 y algo más de 55 mil km/h la Viajero 2, podemos soñar y pensar en ellas, imaginando que las vemos alejarse cuando miremos al cielo en dirección a la constelación de Ofiuco, el serpentario, a la V1, mientras que la V2 está en dirección al Pavo, en el hemisferio sur celeste y aunque no llevan un destino definido, se sabe que V2 en unos 42.000 años, pasará a casi dos años-luz de la estrella Ross 248 (dentro de los límites de la constelación de Andrómeda) mientras que la V1 en 40.000 pasará a 1,7 años-luz de la estrella AC+79 3888, ubicada en dirección a la constelación de la Osa Menor.

Ambas sondas mantienen instrumentos en funcionamiento, aunque varios fueron apagados, justamente, para ahorrar energía (nuclear) y poder comunicarse y obtener información de ellas sobre el medio que las rodea, tanto como sea posible.

Actualmente se estima que podrían funcionar hasta el 2025, mientras tanto, periódicamente se mantiene contacto con ellas mediante las antenas de “la red de espacio profundo” de la NASA, las destinadas a comunicarse con todas las sondas espaciales que deambulan por el sistema solar.

No es difícil imaginar que a lo largo de 42 años, estas sondas reúnen historias, información, descripciones, anécdotas y demás, pero serían tan extenso esto, que habría que escribir un libro, aunque entre todo ello, quizás lo más simbólico y popularmente conocido, sea el disco que lleva cada una de ellas, llamado “sonidos de la Tierra”,  en el que además de información científica y coordenadas para ubicar el lugar de origen, lleva una selección de material bajo la dirección del recordado Carl Sagan, entre lo que cuentan 115 fotos de diversas culturas; saludos en 55 idiomas; sonidos naturales como olas, tormentas, pájaros y ballenas, entre otros muchos, y una ecléctica selección de fragmentos musicales.

Disco bañado en oro que llevan las sondas, llamado "Los sonidos de la Tierra"

Las sondas, se convierten de este modo, en embajadores del planeta Tierra ante hipotéticos seres que pudieron encontrarla.

Esto es simplemente un recordatorio, para que no olvidemos que allí, lejos, muy lejos de nuestro hogar-planeta Tierra, hay dos pequeños testimonios de nuestra propia existencia adentrándose en lo más profundo del espacio, quién sabe hasta dónde, quién sabe hasta cuando…


Fotos: JPL-NASA y capturas de pantalla del sitio JPL-Voyager

viernes, 16 de agosto de 2019

Aniversario y sorpresa

Según nos cuenta la ESA, Agencia Espacial Europea, la semana pasada se cumplieron 5 años de la llegada de la sonda espacial Rosetta, al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko (o simplemente 67P/CP “para los amigos”) y el día 13 de agosto, se cumplieron 4 años del perihelio (punto más cercano al sol) de dicho cometa, el que ya iba acompañado y seguido de cerca, por la sonda Rosetta.



El cometa, dado la cercanía al sol, se encontraba en el momento de mayor actividad, la que continuó por algunos meses a medida que se alejaba del sol. Analizando las fotografías, pudo encontrarse que el cometa tenía otro acompañante en su órbita, además de Rosetta: un trozo de escombros (tal como lo califica la ESA)

Recordemos que los cometas son cuerpos compuestos básicamente de hielo de diversos elementos, polvo y roca, lo que llevó al astrónomo norteamericano Fred Whipple a calificarlos de “bola de hielo sucio”.

Al acercarse al sol, el calor sublima el hielo (pasa de sólido a gaseoso sin más) y sale expulsado como grandes chorros, que arrastran a su paso material de la superficie del cometa.

Tanto gas como polvo y pequeñas rocas, quedan en el espacio formando su “cola”.



Este inesperado compañero de ruta, con un diámetro estimado de 4 metros, fue descubierto al revisar las miles de fotos que han quedado archivadas y a disposición de los investigadores, por el astrofotógrafo Jacint Roger, de España, quién tomó los archivos, los procesó y realizó un GIF con la secuencia obtenida.

La sonda en ese momento, se encontraba a 400 km del cometa y el trabajo realizado por Roger, lleva a los científicos a estudiar más detenidamente a este fragmento, apodado “Churymoon” (Chury-luna) por la investigadora Julia Marín-Yaseli de la Parra.


Si bien, desde que la sonda se acercó al cometa, se buscan fragmentos a su alrededor, este sería el de mayor tamaño, hasta el momento aunque por confirmar.


El círculo indica la posición de “Churymoon”.


Para acceder al GIF: http://www.esa.int/spaceinimages/Images/2019/08/Comet_and_Churymoon


Imagen: ESA / Rosetta / MPS / OSIRIS / UPD / LAM / IAA / SSO / INTA / UPM / DASP / IDA / J. Roger (CC BY-SA 4.0)



martes, 13 de agosto de 2019

Venus en conjunción superior

Para quienes no están al tanto de su significado, quiere decir que Venus, popularmente conocido como “el Lucero”, se encuentra pasando por “detrás” del sol, en perspectiva de la Tierra.

Tengamos en cuenta, que todos los planetas, incluida la Tierra, estamos en movimiento alrededor del sol y que solo los planetas con órbitas interiores al nuestro, (Mercurio y Venus) pueden encontrarse en conjunción “superior”, cuando pasan por detrás del sol, o “inferior” cuando pasan por delante del sol, aunque no es exactamente “delante” del sol dado la inclinación de las órbitas, pero cada cierto tiempo, se produce el que pueda observarse al planeta cruzar lentamente frente al disco solar, (lo que se llama “tránsito”) algo que ocurrirá, por ejemplo, el próximo 11 de noviembre, cuando Mercurio cruce frente a él.


Recordemos que tanto Mercurio como Venus, son planetas del tipo rocoso, sólidos con una superficie repleta de accidentes geográficos de diverso tipo, según cada planeta.

Pero Venus, pese a la espléndida belleza que luce en el cielo y tener casi el mismo tamaño que la Tierra, es en realidad un verdadero infierno, con una densa y pesada atmósfera capaz de aplastarnos como a una mosca, atmósfera que además, en su mayor porcentaje está compuesta de dióxido de carbono con algo de nitrógeno y en mucho menor medida otros gases, lo que la hace irrespirable para el ser humano.

Pero esta atmósfera, genera nubes de ácido sulfúrico que reflejan muy bien la luz solar, por ello Venus es el planeta más brillante de los 5 observables a simple vista.
Ellas también provocan el efecto invernadero, al atrapar el calor del sol y no dejar que luego se disipe, de modo que la temperatura global ronda los 500 C°.
Ya sabe. Si piensa viajar, lleve ventilador.


Como si esto fuera poco, las nubes que allí se forman, producen lluvia de… ácido sulfúrico y se generan tormentas eléctricas con unos 300 rayos por segundo.

Por último confortable detalle, existen volcanes que estarían en actividad.

Retomando el tema inicial, ayer lunes 12, a las 18.20hs Tiempo Universal (15.20hs argentina) Venus se encontraba justo “detrás” del sol, ubicándose a 259 millones de km de nosotros, razón por la cual y obviamente, por unos días no tendremos al “Lucero” a nuestra vista, luego, lentamente, irá separándose visualmente del sol y lo tendremos en los atardeceres, regalándonos todo su belleza durante todo el verano, algunas veces con la Luna junto a él… aunque sepamos que en realidad, es un verdadero infierno.




Foto; Venus Express/ESA