Como sabemos, las lluvias de meteoros, se producen cuando al Tierra en su andar alrededor del Sol, cruza una nube de partículas, siendo éstas, producto del paso de algún cometa, ya que al sublimarse el hielo mezclado con polvo que lo compone, forma su característica “cola”, dejando estas partículas como una suerte de estela en el espacio.
Las partículas al ingresar en la atmósfera terrestre, se recalientan y desintegran generando una gran nube de luz (técnicamente, se ioniza el aire a su alrededor, tal como ocurre en una vieja lámpara o tubo fluorescente, en los que se excita el gas, emitiendo luz) que a muchos les hace pensar que “se ha caído una estrella”.
Sabiendo los astrónomos, el momento en que la Tierra cruzará una de estas nubes y se encontrará en el “centro” de ella, pueden predecir la “lluvia de meteoros” y su “máximo”.
Pero ¿cuántos pueden verse en las Gemínidas?
Para ser sinceros, ni por lejos lo que la gente imagina, lo que no quita que puedan verse varios más que lo habitual y sea un bello espectáculo.
La Tasa Cenital Horaria (THZ por sus siglas en inglés) predicha para este año, es de 140. ¿Qué quiere decir eso?
Que bajo las óptimas condiciones idealizadas de observación, es decir, cielo completamente despejado, seco, un lugar absolutamente oscuro, con los horizontes despejados de obstáculos visuales, sin la Luna (por la luz que propaga en el cielo) y el “radiante” (punto del cual parecen provenir los meteoros) sobre la cabeza -cenit-, uno podría llegar a ver ese número pero… la realidad es otra.
A ese número de 140, habrá que comenzar a restarle drásticamente por cada condición no dada. Luces de la ciudad; humedad; horizonte o alrededores con edificaciones y / o arboledas, etc.
El lado positivo, es que en el caso de las Gemínidas, suelen presentarse meteoros más brillantes que el promedio, causados por partículas de mayor tamaño, tanto como canicas o aceitunas y similares tamaños, y se trata en general, de meteoro “lentos”, ya que ingresan a unos 35km/s (Bueno, en astronomía esos es “lento”. En otras lluvias los meteoros andan a 75 km/s…)
Hasta el 11 de octubre de 1983, era un misterio encontrar el cometa que provocaba esta “lluvia”, pero gracias al IRAS (Infrared Astronomical Satellite o, Satélite Astronómico en Infrarrojo, en español) se descubrió que en realidad se trataba de un asteroide.
Aquí es en dónde hace su aparición: Faetón.
Aunque mucho prefieren escribirlo en inglés, Phaeton, refiriéndose al mismo asteroide y personaje mitológico griego, hijo de Helios y Clímene, quién condujo despreocupado la carroza que le permitió manejar su padre, en la que se transportaba al Sol, y por poco quema la Tierra.
Por suerte, no ocurrió y eso es sólo mitología.
Faetón y la astronomía
Astronómicamente, 3200 Faetón, pertenece al grupo de asteroides del denominado “grupo Apolo”, siendo uno de los asteroides conocidos (con o sin nombre) que tiene su perihelio (punto más cercano al Sol) más próximo, con una órbita que lo lleva tan lejos del Sol como a casi 2 y media UA (Unidad Astronómica, equivalente a la distancia media Tierra-Sol = 150 millones de km) demorando 523 días en completar cada órbita la que está inclinada unos 22º hacia “arriba” respecto a la eclíptica o plano del Sistema Solar.
Si bien, es un asteroide de unos 5 km, (los tamaños de los asteroides varían entre unas pocas decenas de metros a casi 1.000 km), con una rápida rotación, de apenas unas 3 horas y media, que no eyecta ni sublima material, la órbita que presenta es muy similar a la de un cometa y algunos teorizan que se trate de un viejo cometa ya “desgastado”, incluso por su característica de cuerpo oscuro, del que se desprende polvo y partículas, las que desencadenan las Gemínidas.
¿Y la lluvia Gemínidas?
Quienes quieran observar, podrán hacerlo, en la noche madrugada del 13 al 14 de diciembre, momento en que la Tierra, atraviese la parte central de la nube de escombros dejados al paso de Faetón, los que fueron renovados durante su paso, en los primeros días de noviembre, pero también podrán verse las noches previas y sucesivas, preferentemente, siempre pasada la medianoche, con la vista perdida hacia el Norte.
Teniendo siempre en cuenta que para estas latitudes (Mar del Plata se ubica 38º Sur) el radiante no alcanza gran altura (unos 20º) por lo que casi la mitad ya no los veremos por ocurrir “bajo el horizonte”, pero busquen un lugar tan oscuro como puedan, libre de edificaciones y arboleda, pónganse cómodos recostados con una manta a mano (al estar quietos aunque haga calor, uno termina sintiendo frío) y algo caliente para beber. Nunca está de más un mate, café o te.
Hay quienes escuchan música otros prefieren los sonidos ambiente de la noche y otros más profesionales, tienen papel y lápiz a mano para anotar aquello que se destaque, con el horario, dirección y detalles.
Recuerden que para no perder la adaptación de la vista a la oscuridad, se recomienda colocarle un celofán rojo sobre la luz de la linterna que se utilice.
Una última recomendación; relájese, salga sin expectativas y disfrute cada meteoro que vea.
Recupere el viejo placer de simplemente mirar el cielo…
Buena suerte.
Faetón y la astronomía
Astronómicamente, 3200 Faetón, pertenece al grupo de asteroides del denominado “grupo Apolo”, siendo uno de los asteroides conocidos (con o sin nombre) que tiene su perihelio (punto más cercano al Sol) más próximo, con una órbita que lo lleva tan lejos del Sol como a casi 2 y media UA (Unidad Astronómica, equivalente a la distancia media Tierra-Sol = 150 millones de km) demorando 523 días en completar cada órbita la que está inclinada unos 22º hacia “arriba” respecto a la eclíptica o plano del Sistema Solar.
Rotación de Faetón,captada por radar, desde Arecibo |
¿Y la lluvia Gemínidas?
Quienes quieran observar, podrán hacerlo, en la noche madrugada del 13 al 14 de diciembre, momento en que la Tierra, atraviese la parte central de la nube de escombros dejados al paso de Faetón, los que fueron renovados durante su paso, en los primeros días de noviembre, pero también podrán verse las noches previas y sucesivas, preferentemente, siempre pasada la medianoche, con la vista perdida hacia el Norte.
Teniendo siempre en cuenta que para estas latitudes (Mar del Plata se ubica 38º Sur) el radiante no alcanza gran altura (unos 20º) por lo que casi la mitad ya no los veremos por ocurrir “bajo el horizonte”, pero busquen un lugar tan oscuro como puedan, libre de edificaciones y arboleda, pónganse cómodos recostados con una manta a mano (al estar quietos aunque haga calor, uno termina sintiendo frío) y algo caliente para beber. Nunca está de más un mate, café o te.
Hay quienes escuchan música otros prefieren los sonidos ambiente de la noche y otros más profesionales, tienen papel y lápiz a mano para anotar aquello que se destaque, con el horario, dirección y detalles.
Recuerden que para no perder la adaptación de la vista a la oscuridad, se recomienda colocarle un celofán rojo sobre la luz de la linterna que se utilice.
Una última recomendación; relájese, salga sin expectativas y disfrute cada meteoro que vea.
Recupere el viejo placer de simplemente mirar el cielo…
Buena suerte.
Recopilación y textos: Achernar
Infografía: Claudia C. Pérez Ferrer /Achernar
Rotación Faetón: Arecibo/NASA/NFS